Hace 2.300 años, aproximadamente, comenzó la expansión de Roma por Europa, lo que daría lugar, posteriormente, al Imperio Romano. Para esta época es muy posible que hubiese desaparecido ya la familia de lenguas de tronco vasco, en el caso de que hubieran existido, conservándose únicamente el euskera.
Los estudios llevados a cabo para conocer la situación lingüística en el siglo I d.C. apuntan a que, en esta época, la lengua vasca era hablada a ambos lados de los Pirineos, hasta Andorra. Si bien ésta es la extensión aceptada por la mayor parte de los expertos, otros van más allá y consideran que existen restos de toponimia vasca hasta el Mediterráneo.
Algo no dilucidado todavía es la situación lingüística peninsular en la cornisa cantábrica, al occidente de las actuales tierras vascas. Si bien hasta hace bien poco nadie ponía en duda que las tribus que habitaban estas tierras eran hablantes de lengua celta y, por tanto, eran tribus celtíberas; el estudio del sustrato língüístico de las lenguas gallega, astur-leonesa así como del castellano noroccidental, evidencian, según algunos lingüistas, un sustrato lingüístico emparentado con el vasco que ya fue descrito por el lingüista Antonio Tovar el siglo pasado, indicando que hace 2.500 años se pudo hablar vasco hasta Galicia. Algo que ponía en duda, por ejemplo, la celtidad de astures o cántabros y que llevaría a pensar que estas tribus eran tribus vascas, muy celtizadas culturalmente, pero que no dejaron de hablar la lengua vasca. No obstante, se deberá esperar a más estudios lingüísticos de esta zona para aclarar la supuesta vasquidad de las tribus de la cornisa cantábrica en esta época, ya que podría ser, según lo indicado por algunos lingüistas, que los celtas que dieron lugar a los astures o cántabros, al asentarse, hicieran suyo el sustrato vasco existente en esas zonas desde épocas prehistóricas, un sustrato vasco que posteriormente sería transmitido a las lenguas romances que surgieron de la romanización.
El geógrafo griego Estrabón (63 a.C. - 24 d.C.) nos indica la localización de las siguientes tribus que, actualmente, con los datos que poseemos, las consideramos como hablantes de euskera: aquitanos, autrigones, caristios, várdulos y vascones.
Estas tribus se extendían al norte hasta casi Burdeos, al sur hasta el río Ebro, al oeste hasta parte del este de Cantabria, y al este, hasta parte del Aragón noroccidental; aunque gentes de habla vasca se extendían ya por el Pirineo peninsular hasta Cataluña, al menos desde el siglo III-II a.C.
Hay una gran controversia entre los lingüistas en relación a si cada una de estas tribus, que fueron descritas por los geógrafos grecorromanos, hablaban una lengua de tronco vasco, un dialecto de un mismo idioma, el euskera; o incluso que las tribus occidentales (autrigones, caristios y várdulos) no eran tribus vascas sino celtíberas y hablaban, por tanto, en celta, ya que carecemos de datos escritos del habla de cada una de las tribus para poder confirmar este hecho. Sólo poseemos nombres de persona y dioses de origen vasco, sobre todo, en inscripciones de la época romana en latín de la zona de Aquitania.
En Álava, Guipúzcoa, Navarra, Soria y en la provincia de Zaragoza, en la misma época (del siglo I al III d.C.), también hay inscripciones en latín con nombres de persona y dioses vascos, pero estas inscripciones son mucho menos numerosas que las aquitanas. Esto denota que la zona de Aquitania se romanizó más rápidamente y se habituó a escribir en latín antes que el sur pirenaico, debido a ser un área agrícola de alto interés para el Imperio por sus fértiles campos, siendo la zona en la que se perdió la lengua autóctona con mayor rapidez, comparado con otras zonas de habla éuscara.
Los nombres que utilizamos para designar a las tribus vascas son de origen celta, la lengua de intercomunicación de la cornisa cantábrica con la meseta era el celta, lo que aviva más la controversia. La extensión actual de los dialectos vascos occidentales coincide exactamente con la división en tribus descrita por los geógrafos grecorromanos, lo que llevó a pensar a algunos lingüistas que cada una de las tribus vascas poseía su propio dialecto o incluso que hablaba una lengua de tronco vasco diferente.
Otro de los orígenes más discutidos es el de la tribu de los berones que habitaba parte de la actual La Rioja. Algunos historiadores consideran a los berones como una más de las tribus vascas; otros, por contra, como una tribu celtíbera (los celtíberos eran los diferentes pueblos celtas que habitaban la península ibérica).
Por los estudios óseos llevados a cabo en excavaciones arqueológicas de la zona cantábrica vasca y Gascuña, sabemos que sus habitantes en el Neolítico, pertenecían racialmente a lo que la antropología designa como tipo pirenaico-occidental o vasco (evolución local del hombre de Cromagnon); mientras que el sur del País Vasco (sur de Álava y Navarra) y la zona berona, era muy heterogénea, estaba habitada por individuos de diferentes procedencias europeas (del tipo mediterráneo, alpino, dinárico...), lo que hace difícil un origen vasco de esta tribu. Si bien a la llegada de los romanos las etnias de habla vasca, se habían hecho ya con el control de los territorios sureños, el estudio de los antropónimos (nombre de las personas) de los berones de esta misma época, denotan también un origen celta y no vasco.
Un error de considerar a las tribus que rodeaban a las éuscaras como vascas, que se ha repetido con otras tribus cercanas como es el caso de los jacetanos de Huesca.
Hay que recordar que si bien había población vasca conviviendo con celtas e íberos en gran parte de la zona pirenaica. Debido a la alianza de las tribus vascas con Roma, las tierras conquistadas a celtíberos e íberos eran posteriormente repobladas con éuscaros. La tribu íbera de los suessetanos en el noroeste de Aragón, por ejemplo, literalmente desapareció del mapa y después sus territorios figuran en las referencias históricas como pertenecientes a los vascones.
El hecho de que ya en la época imperial romana, las ciudades y tierras del occidente pirenaico y zaragozano, así como de La Rioja y noreste de Castilla, figuren como de las tribus vascas, ha dado lugar a este error; cuando en realidad, parte de esas tierras, pertenecieron a tribus celtíberas o íberas antes de la conquista romana.
Esta alianza de las tribus vascas peninsulares con Roma en contra de los enemigos comunes, es el principal motivo de que la vasca sea la única cultura prerromana de la península que sobrevivió a la expansión de Roma. Un factor para la supervivencia de lo vasco, al que hay que sumarle el que tardiamente se desarrollara el Mare Externum ("Mar Exterior"; Océano Atlántico) como zona económica de interés para el Imperio, lo que posibilitó que la zona vasca quedara al margen de los intensos flujos migratorios que se dieron en otras zonas de la península o en Aquitania (por su alto interés agrícola).
La toponimia nos indica que la zona ocupada por las tribus vascas es mayoritariamente de origen éuscaro, siendo la toponimia de origen celta mínima, la cual va aumentando a medida que vamos hacia el sur. La población vasca, a la llegada de los romanos, no era homogénea y nos podíamos encontrar poblados celtas, por ejemplo, en Deba (localidad de la costa guipuzcoana), que era, a su vez, frontera entre caristios y várdulos, o en Ultzama (valle navarro, en la mitad del territorio vascón).
La evolución fonética de topónimos en latín de la época romana hasta la actualidad que solamente se puede explicar por rasgos fonéticos vascos y no celtas (Caetaria [ industria de salazón ] > Getaria [ Guetaria ], existente tanto en Guipúzcoa, habitada por várdulos y en Labort habitada por aquitanos; Claudius Villae [ Villa de Claudio ] > Laudio [Llodio], habitada por caristios; etc ), el hecho de que el castellano posea un profundo sustrato lingüístico vasco y se comenzara hablar en territorio autrigón y diversos estudios históricos nos demuestran, por tanto, que en la época romana las tribus que habitaban la actual Euskadi no hablaban celta, sino que hablaban una lengua éuscara y que, a su vez, había individuos de lengua celta en la parte occidental de Vizcaya, en parte de Álava y en Tierra Estella (Navarra), y de lengua ibérica hacia la parte central y oriental de Navarra. En Aquitania el galo posiblemente se había introducido a lo largo del Garona hasta el propio Pirineo y en las zonas más expuestas de la actual Gascuña. Todas estas evidencias invalidan el origen celta de las tribus autrigona, caristia y várdula. Llegado a este punto es cuando empiezan a surgir las dudas.
¿Hablaban la misma lengua las diferentes tribus vascas? ¿Hablaban dialectos de un mismo idioma? ¿Cómo es posible que viviendo como han vivido aislados durante siglos vascoparlantes del occidente y oriente de la vascofonía, posean la misma gramática en la que sólo varía parte del vocabulario y algunas desinencias verbales? Más, si cabe, teniendo en cuenta que la romanización incidió de manera notable en la conjugación de los verbos.
Se ve claramente por la dialectología que las zonas ocupadas actualmente por cada uno de los euskalkis o dialectos vascos en el occidente del País Vasco coinciden exactamente con la demarcación tribal prerromana. Hasta el río Deba (Guipúzcoa) se hallaba la tribu caristia y ahora hasta allí se habla vizcaíno. Del río Deba hacia el este se encontraba la tribu várdula y ahora en sus tierras se habla guipuzcoano. Irún se encuentra en Guipúzcoa pero no hablan guipuzcoano; hablan una mezcla de navarro, navarro-labortano y guipuzcoano, unos dialectos que confluyen en esta zona. Según los romanos, las tierras de Irún (Oiasso romana) no pertenecían a la tribu várdula sino a la vascona.
¿Cómo es posible, entonces, que, súbitamente, la romanización incidiese de igual manera en la articulación verbal de todos los dialectos vascos actuales? ¿Cómo es posible que en todo el País Vasco se conjuguen los verbos casi de la misma manera si una tribu no asimiló a las demás, teniendo en cuenta el aislamiento en el que han vivido los vascoparlantes entre sí?
¿Cómo es que de hablarse en la época romana de diferentes tribus vascas, en los cronicones merovingios y visigodos súbitamente se comience a utilizar el término vascones para designar a todos los vascos?
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